Una visita al Museo Municipal de la Música Popular Guayaquileña Julio Jaramillo, en Puerto Santa Ana, despierta recuerdos. Su creadora, Jenny Estrada Ruiz, nos guía a una atmósfera densa en voces del recuerdo, con imágenes de instrumentos y grupos musicales en paulatino desarrollo. No puedo afirmar que me encontré con las raíces de la música nacional, pero sí con inspirados artistas que crearon canciones y encontraron intérpretes que nunca pasarán de moda, al menos para quienes compartimos parte de sus tiempos y espacios.
La letra nos acerca y el pentagrama nos atrapa. En teatros, escuelas y colegios, en noches y amaneceres de bohemia, la canción Guayaquil de mis amores es himno e imán que agrupa voluntades y despierta querencias, propósitos y nostalgias. “Tú eres perla que surgiste/ del más grande e ignoto mar; y si al son de su arrullar/ en jardín te convertiste,/ soberana en sus empeños/ nuestro Dios formó un pensil/ con tus bellas Guayaquil,/ Guayaquil de mis ensueños/. Si a tus rubias y morenas, /que enloquecen de pasión, /les palpita el corazón que mitiga negras penas,/ con sus ojos verdes mares/ o de negro anochecer,/ siempre imponen su querer/ Guayaquil de mis cantares…”.